martes, 19 de junio de 2012

Partida

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Ese aire espeso, irrespirable,
que no entra por ninguna hendija
de este cuerpo congelado.

Esa inexplorable sensación del anuncio
de la premonición y el cumplimiento,
de la desesperación de lo inevitable.

Ese golpe permanente y demencial
del segundero que repercute en el pulso
de la palpitación y la quietud.

 Esa agotadora sensación
de haber puesto todas la fichas
 y esperar a que una ruleta signe la suerte.

La agonía del que sufre,
y de todos los que irremediablemente
esperamos...

FUERZA y LUZ