El duelo mismo de perder
lo que nunca tuvo ser.
El vacío de no tener
lo que jamás se hizo querer.
Una oscura sensación
un hueco en el corazón
El agujero en el que posé
lo que mi mente hizo creer.
Puse tus manos en una canasta
aun sin saber que no existía
Puse las mías sobre las tuyas
y no alcancé a ver como se iban
Chau Sofía, ya no hay sueño,
chau Sofía, no tenés dueño,
sos libre como el vuelo del tiempo,
yo te espero.
Alguna vez llegará nuestro encuentro
no somos asíntotas, no fue el momento.
Ya habrá lugar para que llenes el hueco,
existirá el tiempo en que centres un poco el universo.