miércoles, 7 de noviembre de 2012

Fusible

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Oir como comienza a crepitar, como se hincha, como dilata, el fino conductor que actúa como el fusible de este caótico contenedor de ideas, de proyectos, de hechos, de culpas y cargos...

Es sentir lo cerca que se está de poner un pie en el abismo, de abandonar la conciencia y volverse un nudo, como ese en el que se convierten las cadenas olvidadas en un viejo alajero.

Abandonar la posibilidad de controlar el propio fluir de las palabras y dejarlo que sea, amorfo, torpe, incosistente, una marea de incontenidos sentires, pesares.

Ver como se quiebra ese delgado metal que evite que se queme el resto del sistema... y sí, salta el fusible... se quema, se rompe, se quiebra.

y solo funciona cambiarlo... calma, calma el alma y la cabeza,

calmar las manos y la conciencia...

callar la culpa

callar la duda

callar la pesada carga de la autoexigencia

callar el dolor

callar el agotamiento

callar las ganas...

y que reviente el fusible....
ya hemos aprendido, después de tanta sobrecarga de tensión.... que después pasa... y algunas veces ganamos mas resistencia, y otras tantas nos quemamos más rapido.

Pero por sobre todo hemos visto resistir el sistema.... asi que todo, una vez más, va a estar bien.