lunes, 24 de octubre de 2011

Catartica

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Esta lluvia copioso de primavera me conecta con rincones silenciados de mi propia alma, con rellenos huecos, con torrentas acallados que ahora gotean, como las chapas del techo de al lado... Con las propias inseguridades, con la maldición de la inconsistencia, con lo oscuro de las no certezas...

Jamás voy a ser una habitación ni la más linda, ni la más graciosa, ni la más inteligente, bailo entre mi propia mediocridad y mis desaires, danzo a vuelo certero entre las sombras de lo que me dicto y lo que improviso... y suelo desafinar entre los pasos de lo andado y lo proyectado.

Tal vez cierta mirada sobre-analítica de mi entorno y de mi escencia me coharte más libertades que darme puertas abiertas. Quizás estos rayos no son otra cosa que mi ira descargada al infinito. A lo mejor sea todo lágrimas no lloradas, y pasiones acalladas.

No se que tiene este tormenta... o si; es el cielo que me reclama ser autentica...
La cuestión no es ser o no ser...

Es ser el magma o el agua mansa de este mundo... entre lo tibio, mi cuerpo no se estabiliza y la dinámica que motoriza mis días, parece haber perdido el eje y descentrado el horizonte...

Ya veremos, por lo pronto la lluvia no cesa, y mi cabeza pareciera ser un nido de más dudas que certezas...