miércoles, 18 de mayo de 2011

Desierto

Tengo el cuerpo enfermo
pero las ganas intactas
de acercarme a la corniza
de tus manos en la espalda.

De estrecharme con el oriente
y hacerme carne el continente
de abarrotarme de estrellas
y soplar las velas del entierro.

Nebulosa y apagada
pero igual grito hasta el alba
soy inconsistencia en estado solido
soy materia disociada mutando.

Me asomo nuevamente hacia el ocaso
el cielo derrama furiosas gotas
de savia magma, para nutrirnos
de la ira cotidiana que nos impulsa.

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