miércoles, 28 de mayo de 2014

Mirá la nena que no llora

Hace 20 años salía del vacunatorio de la mano de mi abuela, que me la sostenía firme y calentita y me felicitaba porque no había llorado nada después de que me dieran la BCG.
En la puerta nos cruzamos un nene que lloraba como un marrano y su madre le dijo mirá que la nena no llora... y pasaron 20 años y yo me acuerdo, que no había que llorar. Todo el camino de vuelta en el largo tramo que hicimos en el colectivo urbano me acordé que no había que llorar.

Más adelante la vida me demostraría que el dolor físico es a veces insoportable, como ese inesquivable pinchazo, pero casi nunca es más doloroso que el espiritual ese desgarrar del pecho, ese hueco imposible de llenar, el nudo en la garganta, la opresión más indecible, la desesperación sin consuelo.

Hoy soy grande, intento ser fuerte y no llorar, pero no puedo, me lo propongo de nuevo, hago fuerzas, no llores - no llores - no llores, pensá en algo lindo, no llores - no llores, se fuerte - no llores.

Pero no puedo, ando por los rincones llorando, porque el dolor de ver que el otro sufre me parte, y en especial cuando uno siente que ya no puede hacerse nada, soy de las que piensa que mientras menos sufrimiento hay que pasar mejor.

Mi abuelo está sufriendo, y yo no quiero eso para él.

Quiero recordarlo cómplice, robándonos la nariz, y cortándonos cubitos de queso y rodajas de chorizo, quiero acordarme de sus asados con achuras y morcillas crocantes como nos gustan a mi hermana y a mi, quejandose y siendo testarudo, abrazandonos y diciendonos que nos quiere.
Ese es mi abuelo, y siempre va a serlo, por favor Dios te pido que no sufra, no se la hagas más dificil, a él y a nosotros, egoistas de no saber dejarlo ir.

Y sí lloro, intento no quebrarme adelante de nadie, porque algunas veces somos nosotros los que debemos ser estacas para otros que ya no pueden con tanta carga. Así que lloro por los rincones, como dijeron anoche en guapas me lloro encima, pero solita y aguantando.

Mucha luz para vos nonito te quiero infinitamente

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